Andamos en crisis de lo bello, en medio de la inmediatez del «me gusta» arbitrario y placentero. La naturaleza que aparece necesita urgente del silencio, de la mirada interior, de la pausa de la fusa y la corchea acelerada.
Pero entre tanto ruido ahí está Patricia, lavando el mundo con los azules de sus pinceles digitales y la mirada desnuda; la misma que, ausente de prejuicios, la liberaban de la esclavitud de una belleza construida.
A.Q. Creo que solo se puede acceder a la verdad y a la belleza por la prolongación de la contemplación, la ausencia de prejuicios y de ruido mental. Vivimos en un mundo pobre de miradas, donde los individuos desnudan sus vidas digitalmente, pero curiosamente nadie les ve. Como artista ¿cuál crees que es actualmente la posición del arte?
P.Y. El arte es de gran importancia dentro de nuestra sociedad. A través del arte se manifiestan sentimientos, ideas, valores y desde una sensibilidad que lo convierte en vehículo fundamental para la cultura, ya que es un canal de comunicación que todos entendemos o con el que de alguna forma conectamos. El arte es liberador y para muchos, una terapia.

A.Q Me sobrecogen muchas de tus obras sobre el desnudo y la mujer: exponen la belleza del cuerpo femenino más allá de construcción y perfección corporal. Para ti ¿Dónde reside la belleza?
P.Y. La naturaleza del desnudo femenino y la mujer como tal. Para mí una mujer es sinónimo de belleza. El origen de la vida y por lo tanto, del arte.
A.Q. Gran parte de lo que pintas se la dedicas a los seres vivos y al mar. Y entre tanto consumo y plástico en el agua ¿Dónde crees que nos hemos equivocado?
P.Y. Nos hemos equivocado a la hora de repetir acciones erróneas. No todo viene con manual de instrucciones y es perdonable equivocarse una vez. Lo que no consigo entender es que hayan patrones implantados que se repitan sabiendo sus consecuencias, aún sabiendo el daño que se hace.

A.Q. Son muchos los que no aceptan como obra las creadas con las nuevas tecnologías. Si los caminos del arte se han multiplicado ¿por qué crees que cuesta tanto aceptarlas como obras artísticas?
P-Y. Hay mentalidades que se definen en algo y ahí ya está el límite. Pienso que vivimos en un abanico de posibilidades. La tecnología nos ha dado herramientas brutales para crear. Admiro el arte tradicional, las obras únicas. Sin embargo, gozo del arte digital. Me gusta crear usando diferentes técnicas o herramientas; es un viaje.

A.Q. Instagram está inundado de fotos perfectas, de sonrisas de dientes sin irregularidades, de gente agotada buscando “likes”, una expresión reducida, un ¡guau!, sin mayor conmoción. Y entre tanta locura ¿Cuál es el trasfondo o qué búsqueda tiene tu obra artística?
P.Y. Últimamente he estado bastante despegada de las redes sociales y he estado más conectada con mi vida, mi familia y mi arte. He ido hacia adentro y he soltado. Ya no trato de llevar un Instagram rico en seguidores o likes, trato de ser yo, de cuidar lo mío y mostrar algunas pinceladas de mi vida. A través del arte me expreso mucho mejor y también me resulta una terapia liberadora.

A.Q. Al margen de los demás ¿qué te importa de verdad?
P.Y. Mi salud mental. Eso es lo primero. He aprendido a decir “no”, sigo aprendiendo a tomar decisiones que vayan acordes a mis valores y principios. Me importa seguir creciendo y transformar cosas en mí que me hagan estar cada día dónde y como quiero estar.
Una entrevista de A.Q.
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