Una sola camiseta de algodón genera 5 kg de dióxido de carbono y, según las Naciones Unidas (ONU), se necesitan 2.700 litros de agua para producirla. Además, los sembradíos de plantas de algodón contaminan los océanos, la flora y fauna y a las personas, especialmente a los trabajadores algodoneros.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales, se estima que alrededor de 1,7 millones de toneladas de microfibras de este material acaban en mares y océanos cada año.
“Ante las crecientes amenazas ambientales, existe una necesidad urgente de cambiar nuestros sistemas de consumo y producción”, aseguró Naoko Ishii, directora ejecutiva y presidenta del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
Por eso, este año, la ONU lanzó la Alianza de las Naciones Unidas para la Moda Sostenible, que tratará de detener las prácticas perjudiciales para el medio ambiente y la sociedad en el sector de la moda.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Una alternativa es comprar ropa usada o fabricada de manera sustentable. Un ejemplo es el de Animaná, una marca de ropa, mantas y accesorios sustentables fundada por Adriana Marina, oriunda de la Patagonia argentina.
Todo en Animaná tiende a la sustentabilidad: desde la materia prima, hasta los métodos de producción. «Nace como una alternativa dentro del sistema actual de la moda: es una empresa holística y social que mejora el ambiente, la biodiversidad y las culturas locales», asegura Marcia Gitman, gerente comercial de la marca.
Este proyecto, que nació en 2009, trabaja solamente con fibras naturales de la Patagonia y los Andes, principalmente con camélidos. Además, en los últimos dos años, comenzaron a sumar distintos materiales como el algodón orgánico certificado por las Normas Textiles Orgánicas Globales (GOTS, por sus siglas en inglés).
A diferencia de los cultivos tradicionales, en el del algodón orgánico no se utilizan químicos ni pesticidas y las semillas no han sido modificadas genéticamente.
Otro caso es el de la cooperativa Entretejidas de Chaco, que desarrolló una colección de indumentaria cápsula llamada «Consciencia Entretejida» con algodón sin agrotóxicos. Este algodón proviene del proyecto NO’OXONEC, desarrollado por las familias que forman parte de las comunidades de pueblos originarios Qom en Chaco, al norte de Argentina.