Desde los años 80 el pez león amenaza las poblaciones de peces y los medios de subsistencia desde Rhode Island hasta Sao Paulo.
El pez león es considerado como “el rey de la jungla acuática”. Su aspecto llama mucho la atención, ya que, de su cabeza emergen brillantes y venenosas espinas que tienen forma de melena.
Este tipo de peces se encuentra en las aguas del Caribe, Golfo de México y el Atlántico Occidental. Por lo que millones de peces están en peligro de extinción por culpa de los peces león.
El calentamiento global y las temperaturas altas del mar permiten la expansión de este tipo de peces, ya que, las condiciones climáticas favorecen su supervivencia.
Keiko Ashida, el especialista ambiental del Banco Mundial, explica cómo comunidades de la cuenca caribeña ya lideran contraataques innovadores para controlar sus poblaciones.
Este tipo de ejemplares son capaces de recorrer más de 8.000 kilómetros, y como consecuencia éstos han invadido la costa este de las Américas.
Viven en profundidades de hasta 300 metros y en aguas superficiales poco salinas, pueden estar hasta 3 meses sin alimentarse y son capaces de reproducirse a niveles alarmantes.
Aunque a primera vista son muy bonitos, su presencia ha causado graves daños a los ecosistemas, en especial a las aguas tropicales del Caribe y de Centroamérica.
El pez león persigue a más de 60 especies nativas, y su caza puede disminuir las poblaciones de peces hasta un 79% en solo 5 semanas, ya que, cazan en grupos y se alimentan hasta que terminan con todas sus presas.
Según varios estudios, cuando aparecen las poblaciones de peces herbívoros como es el caso del pez loro y el pez cirujano, el arrecife tiene más posibilidad de recuperarse de daños tras el paso de un huracán que cuando estas poblaciones están mermadas.
Por último, se considera que exterminar la especie del pez león es imposible porque en el Atlántico su número es diez veces superior a las de su Indonesia nativa.
Keiko Ashida, el especialista ambiental del Banco Mundial, explica cómo comunidades de la cuenca caribeña ya lideran contraataques innovadores para controlar sus poblaciones.
Este tipo de ejemplares son capaces de recorrer más de 8.000 kilómetros, y como consecuencia éstos han invadido la costa este de las Américas.
Viven en profundidades de hasta 300 metros y en aguas superficiales poco salinas, pueden estar hasta 3 meses sin alimentarse y son capaces de reproducirse a niveles alarmantes.
Aunque a primera vista son muy bonitos, su presencia ha causado graves daños a los ecosistemas, en especial a las aguas tropicales del Caribe y de Centroamérica.
El pez león persigue a más de 60 especies nativas, y su caza puede disminuir las poblaciones de peces hasta un 79% en solo 5 semanas, ya que, cazan en grupos y se alimentan hasta que terminan con todas sus presas.
Según varios estudios, cuando aparecen las poblaciones de peces herbívoros como es el caso del pez loro y el pez cirujano, el arrecife tiene más posibilidad de recuperarse de daños tras el paso de un huracán que cuando estas poblaciones están mermadas.
Por último, se considera que exterminar la especie del pez león es imposible porque en el Atlántico su número es diez veces superior a las de su Indonesia nativa.