El colorido pez payaso vuelve a estar en peligro y esta vez el motivo nada tiene que ver con la película de animación de Pixar. Si Buscando a Nemo desató la locura por tener en el acuario de casa uno o varios ejemplares de pez payaso y trajo consigo una merma importante en su población, ahora el cambio climático y más concretamente la supervivencia de los corales están poniendo en jaque al simpático pececillo. La explicación la ha dado un equipo del National Center for Scientific Research (CNRS) de Francia que ha observado durante más de 10 años a los peces payaso que viven en la isla de Kimbe, en el este de Papúa Nueva Guinea. El estudio ha sido publicado en Ecology Letters.
Lo que los investigadores querían saber es qué peso tenían la genética y el ambiente sobre el éxito en la reproducción de estos animales. Lo que descubrieron fue que el hábitat del pez, incluyendo la anémona en la que vive y la ubicación geográfica son los elementos que más contribuyen al éxito o no en la reproducción. El aspecto genético influyó, pero de manera baja o insignificante. Este hallazgo implica que la especie será susceptible a cambios a corto plazo y a pequeña escala en la estructura del hábitat. Además, el pez payaso puede tener una capacidad limitada para adaptarse a estos cambios.
Los peces payaso establecen relaciones simbióticas con las anémonas: ellos se sirven de ellas para protegerse de los depredadores, pues son venenosas para otros peces y ellas se alimentan de la materia fecal que estos expulsan, además de estar protegidas por ellos de los peces mariposa, que adoran comer tentáculos de anémona.
El problema llega cuando las anémonas, hogar de los peces payaso, se encuentran en peligro, cosa que está ocurriendo porque dependen de los corales, amenazados por el calentamiento de los mares, la contaminación y la mano del hombre.
Según Benoit Pujol, investigador del CNRS, la capacidad de adaptación de una especie está garantizada por su éxito en la reproducción. Los peces payaso no se reproducen tan alegremente y es que necesitan un entorno estable y benigno.
En cada anémona viven una hembra, un macho sexualmente activo y otros machos que no son sexualmente activos. Cuando la hembra muere, el macho sexualmente activo se convierte en hembra y el mayor de los machos no sexualmente activos se vuelve sexualmente activo. Si las anémonas se mantienen sanas, el pez payaso podrá reproducirse, en caso contrario podría extinguirse.
La muerte de los corales supondrá el principio del fin
Gabriel Grimsditch pertenece a la división de ecosistemas marinos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y afirma que el aumento de las temperaturas de los mares, consecuencia del calentamiento global y las actividades humanas están acabando con los corales.
“Los corales son muy sensibles a los cambios de temperatura en el agua, en el mar, y viven en una simbiosis con unas algas microscópicas que viven dentro de ellos y les dan energía. Cuando la temperatura sube demasiado, esta simbiosis que da vida y energía al coral se rompe. Y cuando se rompe es como una fiebre en los humanos, el coral está muy estresado, está muy débil y pierde su color y se blanquea. En esta situación el coral puede morirse muy fácilmente y vemos que hay muchos corales que cuando se blanquean sobreviven unos días, unas semanas, a lo mejor unos meses, pero en muchos casos pierden la vida”, explica Grimsditch en la web de Noticas ONU. Mal pronóstico para la supervivencia de los peces payaso…
FUENTE: Muy Interesante