Gandhi decía que la felicidad se alcanza cuando, lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía. ¿Cómo alcanzas la tuya propia?
Jesucristo lo dijo también de forma parecida, cuando hablaba de que «El hombre tenía que actuar de pensamiento, palabra y obra» Todos los maestros hablan de la importancia de llevar en el corazón este principio.
Aunque difícil, ese es uno de los objetivos de mi vida. Intento que se convierta en acción y tengo claro que ese es el camino. Siempre hay grandes contradicciones entre lo que uno dice, lo que uno piensa y lo que uno hace. Creo que ese es el motivo de que el mundo esté como está.
Las personas mienten a las personas, nos falta valor para llevar a la práctica lo que pensamos, y a menudo no lo hacemos. Hay una gran falta de armonía y mucho dolor.
¿Recuerdas muchos «trenes perdidos» por miedo a perder?
No he tenido miedo a lo largo de mi vida. Me he subido a los trenes que han pasado por mi vida con mucho entusiasmo. Cada etapa de la vida es diferente, y en este momento, cuando te enfrentas a la edad madura, a la vejez, a veces surge algún pensamiento negativo, pero hay que superarlo, acudir a otra cosa, quedarte en el momento presente.
La esencia de la paz está en el aquí y el ahora. En general no he tenido miedo, creo que he sido una persona muy valiente en mis decisiones.
«Siento un gran respeto y admiración por las personas que dedican su vida a los demás»
Todo ser humano atraviesa sus propios desiertos, en un momento u otro de su vida, ¿Dónde encuentras refugio en momentos de tristeza?
En la meditación. En conectarme a la divinidad que está en Uno. A veces estamos muy desconectados.
Cuando estamos tristes o angustiados nos sentimos víctimas pensando en por qué nos suceden las cosas que nos suceden, pero aunque sea difícil de entender, cuando las cosas van mal es por un motivo: porque tienes que aprender algo de ese momento y esa situación.
Sin duda la meditación es mi refugio.
Cada ser humano se encuentra a sí mismo de una forma diferente, ¿qué te aporta la meditación?
Con las preocupaciones, la mente no nos deja descansar, como muy bien define el concepto «monkey-mind» y la meditación me aporta equilibrio en mi día a día. Me consuela y me ayuda a seguir viviendo.
El simple hecho de sentarte, cruzar las piernas y cerrar los ojos me ayuda a conectarme con lo profundo, con lo divino que hay en mi, aportándome paz. Mantengo esta práctica después de muchos años.
«Sin duda la meditación es mi refugio»
Cuando hablamos de espejos, a menudo las personas acuden al concepto de físico casi de forma inmediata… En un contexto más profundo, ¿Qué te cuenta el espejo cuando mira tu reflejo?
Hay maestros que te dicen que has de mirarte al espejo, sonreír y decir: «Me amo a mi mismo tal y como soy». ¡Aunque hay días que cuesta! ¡Hay días muy duros…! ja ja ja ja Pero hay que insistir porque funciona…
¿Qué le emociona?
Me emociona el Amor. Las personas que me muestran Amor. Estar con mi hija y sentirle contenta me emociona. Sentir una unidad profunda con alguien. Me emociona el valor de las personas que dedican su vida a los demás o a ayudar a los demás.
¿Cómo se reinventa cuando aparece el dolor?
Aunque a veces es muy difícil, hay que tomar perspectiva y pensar que somos personas muy afortunadas. Yo me reinvento dando gracias. Por lo que tengo, por lo que he logrado, por lo que soy. Me reinvento tomando perspectiva. Victimizarse es lo peor, porque los que estamos en este lado del mundo somos afortunados, a pesar de que las cosas ahora estén mal y haya gente sufriendo mucho. Por eso siento un gran respeto y admiración por las personas que dedican su vida a los demás.
«El sufrimiento y el dolor, forman parte del crecimiento espiritual»
«No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible» (Píndaro) ¿Estamos condenados a sufrir sin remedio?
El sufrimiento y el dolor, forman parte del crecimiento espiritual y como decía ante, este es un concepto difícil de entender, pero tiene que ser así. Solo a través de ese camino encontramos cosas que teníamos olvidadas o perdidas y que debemos recuperar.
¿Desaparece el miedo a medida que envejecemos o con cada etapa de la vida soltamos unos miedos para coger otros?
Como te decía, de joven he tenido muy pocos miedos, ahora más mayor, tienes otros miedos: Que será de tu hija, cómo se ganara la vida, cómo será tu salud, la de tu pareja… Envejecer no es fácil, y además hay que aguantarse…! (Risas…) Es otra etapa de aprendizaje.
Entrevista: Carolina Liébana