Estuvimos hablando con el famoso escritor David Almond.
Su manera de escribir le ha llevado a lo más alto del panorama mundial en la literatura infantil, con premios como el prestigioso Premio Hans Christian Andersen. Para nosotros es un auténtico privilegio contar con su experiencia.
Tu historia, Skelling, ocurre en un mundo real. Más que fantasía tus personajes son bellísimas metáforas; como las alas. Más allá de entretener, personalmente ¿qué te aporta escribir?
Hay un gran placer en trabajar con palabras, sonidos, ritmos, imágenes en el intento de hacer algo hermoso. Me encanta la forma en que los personajes y sus historias cobran vida en la página mientras trabajo. Hay un misterio en todo esto, una especie de magia.
Y entre tanto smartphone, ¿crees que el libro tiene el papel relevante que debería tener en un niño en nuestra sociedad actual?
Sí, claro. En el mundo de los teléfonos inteligentes, etc., el libro florece. Lo vimos durante la pandemia. soy optimista El libro es un hermoso objeto físico que nunca desaparecerá.
Skelling es un libro con rasgos filosóficos. Más allá de los límites del lenguaje ¿qué significa ser creativo?
Como escritor, uso y amo todos los elementos del lenguaje: palabras, oraciones, puntuación, párrafos, páginas, sonido, silencio. Me encanta la apariencia de las palabras en la página. Me encanta el sonido de ellos. Me encanta la forma en que crean visiones en la mente. Pero siempre existe la sensación de que las palabras nos acercan a algo que se encuentra más allá de las palabras, algún lugar misterioso que de alguna manera puede estar incorporado en el lenguaje, o sugerido por el lenguaje, pero que no puede ser descrito claramente con palabras.
¿Qué representa la magia y los poderes de tus personajes frente a los personajes reales?
La realidad de los personajes es lo primero. Deben parecer personas reales en un mundo físico real. Una vez que esa realidad está en su lugar, todo se vuelve posible.
¿Qué te aporta un niño como lector? ¿quizás tu propio autodescubrimiento?
Los lectores jóvenes hacen las preguntas más perspicaces y fascinantes. A menudo me ayudan a comprender mi propio trabajo. El autor no siempre sabe exactamente lo que ha escrito. El libro cobra vida en la imaginación del lector, y el libro se recrea cada vez que se lee.
Skelling es una historia cargada de amor ¿es intencionado o el propio proceso creativo te ha llevado hasta ahí?
No, no es intencional. Escribo con el objetivo de escribir el mejor libro posible de la mejor manera posible. Mientras escribía Skellig, la historia resultó ser, en muchos sentidos, sobre el poder del amor.
La literatura infantil, creativamente tiene muchas variedades y posibilidades ¿Cuál es tu próximo reto?
Sí, la literatura infantil ofrece todo tipo de posibilidades creativas. Sigo explorando esas posibilidades y oportunidades. Acabo de terminar una nueva novela llamada The Falling Boy. También he terminado otra novela (Títeres) y dos nuevos libros ilustrados. Este año saldrá una edición ilustrada de Skellig para celebrar el 25 aniversario del libro. Ahora estoy en las primeras etapas de un nuevo libro, que se está desarrollando lentamente.
ENGLISH
Your story, Skellig, takes place in a real world. More than fantasy, your characters are beautiful metaphors; like wings. Beyond entertaining, what do you personally get out of writing?
There’s great pleasure in working with words, sounds, rhythms, images in the attempt to make something beautiful. I love the way characters and their stories come to life on the page as I work. There’s a mystery to it all, a kind of magic.
And among so many smartphones, do you think the book has the relevant role it should have for a child in today’s society?
Yes, of course. In the world of smartphones etc, the book flourishes. We saw that during the pandemic. I’m an optimist. The book is a beautiful physical object which will never go away.
Skellig is a book with philosophical features. Beyond the limits of language, what does it mean to be creative?
As a writer, I use and love all of the elements of language – words, sentences, puncuation, paragraphs, pages, sound, silence. I love the appearance of words on the page. I love the sound of them. I love the way that they create visions in the mind. But there is always the sense that the words take us close to something that lies beyond words, some mysterious place that can be somehow embodied in language, or suggested by language, but that can’t be clearly described by words.
What represents the magic and powers of your characters as opposed to the real characters?
The reality of the characters comes first. They must seem to be real people in a real physical world. Once that reality is in place, anything becomes possible.
What does a child bring to you as a reader? perhaps your own self-discovery?
Young readers ask the most perceptive and fascinating questions. Often they help me to understand my own work. The author doesn’t always know exactly what he/she has written. The book comes to life in the imagination of the reader, and the book is recreated every time it is read.
Skelling is a story full of love, is it intentional or did the creative process itself lead you there?
No, it is not intentional. I write with the aim of writing the best possible book in the best possible way. As I wrote Skellig, the story turned out to be, in many ways, about the power of love.
Children’s literature, creatively, has many varieties and possibilities. What is your next challenge?’
Yes, children’s literature offers all kinds of creative possibilities. I keep on exploring those possibilities and opportunities. I’ve just finished a new novel called The Falling Boy. I’ve also finished another novel (Puppet) and two new picture books. An illustrated edition of Skellig will be out this year to celebrate the book’s 25th anniversary. I’m now in the early stages of a new book, which is developing slowly.