Gunter Pauli es fundador y Presidente de la Fundación ZERI (Zero Emissions Research and Initiatives) y creador de la Economía Azul, concepto lanzado en su libro «The Blue Economy», traducido a treinta idiomas y adoptado como documento propio por el Club de Roma.
Convencido de que el modelo económico más eficiente es la Naturaleza y que lo indispensable para la vida está disponible a nuestro alcance, desde el 2004 ha diseñado más de 150 proyectos y modelos de negocio, y desde el 2010, publica Open Source un modelo de innovación empresarial semanalmente con el fin de promover el emprendimiento. Cientos de iniciativas emprendedoras han sido puestas en marcha en muchos lugares del mundo, gracias a las teorías inspiradoras de Gunter.
Miembro del Club de Roma, Fellow de la Academia Mundial de las Artes y las Ciencias, Creative Fellow del Club de Budapest, profesor del Politécnico de Turín, y asesor del Gobierno Japonés y de las Naciones Unidas.
¿Qué es la economía azul?
Es una economía que hace inventario permanente de todo lo que esta localmente disponible, con el propósito de generar valor agregado que permite responder a las necesidades básicas de todos (gente y naturaleza) llegando algún día a poder usar todo, asegurando el fortalecimiento del bien común.
Parece que si es bueno para el medioambiente o para la salud, necesariamente tiene que ser más caro ¿Hay que pagar más dinero para salvar al planeta?
En el modelo económico tradicional de la globalización donde se propone competir en base del precio mas bajo, implementando economías de escala con una estandarización, robotización y automatización … en este modelo TODO lo que es nuevo es mas costoso.
No hay que pagar mas si cambias el modelo económico, es perfectamente posible a condición de que la lógica sería “ser el mas barato” es sustituida por “genera más con lo que tienes”
La naturaleza y los animales no producen basura como lo hace el ser humano. ¿Tenemos un problema en nuestra forma de consumir?
El único ser vivo capaz de producir algo que nadie desea es el ser humano. Somos tan inteligentes que producimos basura.
El mundo está lleno de pobreza y personas sin empleo. Curiosamente los países más pobres, son los más ricos en muchos recursos naturales y no los utilizan, ¿a qué cree que es debido?
La lógica de producir barato es lo que causa la pobreza porque hacemos todo para reducir los gastos. Ahorro si los recursos son para la exportación, no hay valor agregado, peor no hay ni una posibilidad de responder a las necesidades locales. Si nos dedicamos a competir donde el mas barato gana (en el supermercado y en las licitaciones de Gobierno) nunca podremos responder a todas las necesidades, nos obliga a descuidar el ambiente, y desbaratar el tejido social.
El planeta, mientras tanto, no deja de agonizar. ¿usted qué propone? ¿es suficiente con hacerlo “menos mal”?
Si fuera un ladrón y debo aparecer delante un juez, ¿que piensarías si yo le prometiera al que juez robaré menos? ¿que solo lo haría los fines de semana?
No es posible hacerlo menos mal, robar es robar, contaminar es contaminar. El punto de arranque es no robar, no contaminar … es a decir cero emisiones.
Hay algunos que dicen que todo este tema de la sostenibilidad y del planeta, es una moda pasajera y que en realidad está demás esta alarma social sobre el estado del planeta. ¿Y usted qué opina?
¿Como podríamos reducir el modelo de vida que se ha desarrollado los últimos 4,000 millones de años? sostenibilidad con biodiversidad con una evolución permanente donde el único constante es el cambio.
La tecnología, de la mano del marketing, avanza provocando un consumo desmedido constante, por conseguir el deseado “último modelo de…” Sinceramente, ¿cree usted que todo esto tiene arreglo?
La lógica que tenemos es que para que la economía ande mejor tendríamos que consumir mas. La lógica prescribe que dar mas créditos, o reducir impuestos debe resultar en mas consumo. Pero el consumo no es sostenible en un mundo de deudas (que llamamos la economía roja). En este contexto lo que tenemos que hacer es inspirar a la gente.
Una entrevista de Ana Quintana
Foto: Neus Mascarós