Estuvimos hablando con Sole Giménez. Una artista integral, amante de la naturaleza y el cuidado del planeta.
¡Ojalá les gusta tanto como a nosotros!
Profesión y público aparte. A ti personalmente ¿Qué te aporta ser artista?
Más que artista en sí mismo, me considero más músico y compositora.
Me aporta libertad creativa y el poder expresarme, el poder de dar voz al sentimiento, a las emociones y comunicar, pero sobre todo me permite compartir, que para mí es lo más importante de mi carrera.
¿Asumes algún tipo de riesgo en tu profesión?
En cada disco asumo un gran riesgo, porque yo me auto produzco.
Llevo 10 discos en solitario y los cinco últimos son auto producidos. Como verás, es un gran riesgo, porque nunca sabes si va funcionar y si le va a buscar a la gente. Por otra parte tampoco me gusta encasillarme, he hecho desde un disco con orquesta sinfónica en vivo y en directo, latin jazz o incluso electrónico, así que sí, asumo grandes riesgos en cada trabajo.
¿Qué es para ti el éxito?
El éxito como persona es levantarme todos los días y tener una actitud positiva ante la vida y profesionalmente es poder continuar haciendo una carrera en algo que me apasiona; como es mi caso.
Ortega y Gasset decía que la belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora. Para ti ¿dónde reside este tipo de belleza más allá de lo físico?
La auténtica belleza yo la encuentro más en la naturaleza, aunque también hay obras de arte maravillosas.
La encuentro en todo aquel que se ha dedicado a acercarse a la belleza de la cura, aunque no sea necesariamente la más brillante en el sentido de atractiva.
Sacas un nuevo trabajo enfocado a la mujer. En el proceso creativo, cuando escribes o cuando produces ¿Cuál es tu verdad?
Detrás de este trabajo hay 35 años en la música y de la toma de conciencia del poco valor o el poco conocimiento que se tiene de la mujer autora y compositora.
Todo el repertorio está compuesto por composiciones escritas o compuestas por mujeres.
Me he dado cuenta de que en la superficie hay muchas mujeres en la música y podría parecer que hay un equilibrio, pero en realidad no lo hay.
Yo lo que intento es hacer visible a la mujer para que ese equilibrio se vaya consiguiendo, porque creo que es absolutamente necesario.
En el mundo de la cultura a la mujer le ha costado estar. Parece que ahora hay escritoras, pintoras, pero cuando miramos la historia reciente, nos ha costado muchísimo tener un poco de presencia y que se nos tuviera en cuenta.
La mujer en el siglo XX empieza a tener más protagonismo, pero en un rol muy de vocalista, pero resulta que también había mujeres que estaban haciendo otras cosas y se tenían que quedar en la retaguardia.
Hoy en día las mujeres que estamos en la música, sabemos que estamos rodeadas en nuestra mayoría por hombres, músicos, productores, ingenieros, productores o sea que para que la cosa se equilibre, todavía nos va a costar. Por eso hay que hacer este tipo de trabajo.
La Tierra se queja por un consumo irresponsable de los que habitamos en el planeta. Creo que tenemos un sentido de desconexión del ser humano con la naturaleza ¿Cuál es tu reflexión sobre este tema?
Tengo la sensación de que estamos ciegos y me parece que actuamos como niños. No tenemos sentido de la responsabilidad, parece que no vaya con nosotros.
A mí me parece que hay mucho que hacer, mucho por hacer. Creo que hay que ahondar en esa dirección y hacer un gran llamamiento, pero sobre todo educar. Nos faltan lecciones de sentido común.
Hay que tomar conciencia de que esta es nuestra casa y yo no quiero basura en mi casa.
Quiero que mi casa esté perfecta para las generaciones futuras y agradecer a esta preciosa tierra en la que vivimos todos los bienes que nos da.
Una entrevista de Ana Quintana